Caleidoscopio Histórico

rochatotal//

(Multicolores y tonos degradé)

Cuando se cede terreno en el campo de las ideas el resultado inequívoco no solo es la pérdida de protagonismo, en este caso político, sino que además se le suma la paulatina despersonalización de nuestras propias ideas.

La cultura woke, la ideología de género ,la post verdad y la propia izquierda le han imbuido al discurso político habitual de sus adversarios, la disculpa o el temor de que estos defiendan la veracidad de sus ideas por la sencilla razón de un cuestionamiento de una masa que no es el público objetivo.

Visto esto desde una óptica desarrollada a lo largo del tiempo ha determinado que, en el caso de nuestro partido, muchos correligionarios en el acierto de sus fundamentos, pero no con la eficacia esperada y esperable, hayan encontrado en el enaltecimiento del batllismo el único escudo esgrimido como defensa de su discurso o como contra discurso si el lector me permite el término.

Podríamos establecer dos definiciones fácticas que determinan el accionar en la política, la primera podríamos considerarla como una definición positivista, “lo que está bien está bien independientemente de quien lo haga” y la otra es la deslucida para algunos, pero vigente para otros de la definición ideológica que nos ubica a la derecha, a la izquierda o el centro.

Aun escucho y leo con incredulidad el temor de algunos actores que no estando en la izquierda están autoconvencidos de que se encuentran en un limbo diferente a los dos lugares posibles que mencionamos en párrafos anteriores.

Hoy vemos a nivel mundial como la izquierda no solo se ufana de su condición, sino que además le carga su impronta a cualquier movimiento que atente contra el statu quo, aunque este mismo este más a la izquierda de lo que muchos creen, ejemplos en Uruguay y el Mundo sobran desde los medios masivos de comunicación con sus mensajes hemipléjicos, reivindicaciones de estados, cuotas de género, legalización de drogas, etc.

Sabido y convencidos estamos que la coalición es una herramienta que debemos perfeccionar, pero su utilidad no solo debe ser electoral si no entendemos de que hay una batalla más importante a dar que es la batalla cultural, la creencia y la defensa de entender una manera particular de una sociedad en crisis, acelerada por aquellos que dicen defenderla vacía cada vez mas de valores con los perjuicios a mediano y largo plazo, las victimas de hoy serán victimarios del mañana.

La anécdota de aquel nefasto presidente que dijo que el titulo o un diploma son un cartón o un papel pinta de cuerpo entero el bosquejo de una sociedad que no cree o no debe creer en el esfuerzo como forma de superación y desarrollo.

Hoy el desafío es mantener la Coalición viva y fuerte, pero debe dejar de ser un enunciado para transformarse en algo más complejo, debe estar en sesión permanente con organismos de contralor interno y esto incluye un comité de arbitrajes donde se entienden de aquellos temas o problemas que competen al grupo y no a un partido en particular.

Nuestro presidente ha sido el mejor puntapié inicial que podríamos prever a corto plazo para dar inicio a la rueda de la Coalición , con un manejo de excelencia en muchas áreas del Gobierno, pero defectuoso en otras áreas que creemos fundamentales. Esas diferencias no son obstáculos ni barreras infranqueables, pero deben ser juzgadas por sus potenciales resultados y no por el simple enunciado discorde.

Los partidos fundacionales tenemos un tronco común que es el origen de nuestra República y su estado de derecho sin más banderas que el Pabellón Nacional, somos el partido de la Defensa, hemos asumido costos políticos más de una vez, la condición de gobernabilidad y la impronta de tantos años son factores no menores impregnados en nuestro ADN que una vez más desafiaran nuestra capacidad de reencauzarnos como Nación ,en temas tan ásperos como la seguridad, el sistema de salud, la emergencia de la salud mental potenciado por una irresponsable decisión de liberar el consumo de drogas sociales , puerta de entrada a drogas más duras que castigan con fuerza a los más jóvenes y permea a los estratos más bajos de nuestra sociedad.

Continuar cambiando será solo un slogan si no nos atrevemos a hacerlo, tenemos la gente y sabemos cómo, ¿cuál es la excusa entonces? …..

Dr. Daniel Chirico Costoya