FINALMENTE, LA EVALUACION EDUCATIVA
El Instituto de Evaluación Educativa previsto por la Ley de Educación aprobada en 2008 se puso en funcionamiento finalmente, cuatro años después de su creación legislativa. La demora fue muy extensa, sobre todo por su importancia y por la urgencia de contar con instrumentos de seguimiento y evaluación de la calidad educativa, pero lo principal es que se ha puesto en funcionamiento.
Parece que a partir de 2013 nuestro sistema educativo de educación básica y media tendrá un ámbito que nos permitirá a todos los uruguayos contar con mediciones permanentes de los resultados y de la calidad de nuestro sistema educativo en sus diferentes niveles y en los diferentes centros educativos.
En el siglo XXI un sistema educativo no puede funcionar sin un sistema de seguimiento que permita medir y evaluar sus resultados. Por eso era fundamental llenar este vacío lo antes posible. El sistema de evaluación educativa permitirá conocer de manera permanente los desempeños y los resultados de los aprendizajes para posibilitar un diagnóstico más ajustado de nuestras debilidades y fortalezas para promover las acciones e iniciativas necesarias para mejorar la calidad y los desempeños de nuestro sistema educativo.
Esperamos que el Instituto de Evaluación Educativa también permita conocer los resultados a nivel de los diferentes centros educativos, de manera tal que los ciudadanos conozcan qué escuelas y liceos funcionan mejor y cuáles tienen las mayores dificultades.
La transparencia de los resultados, al mismo tiempo que la definición de las estrategias de mejora, será imprescindibles si pretendemos que el instrumento sea eficaz y potente. Si los resultados sólo se hacen públicos a nivel agregado y se impide que la población conozca con propiedad de causa las diferentes situaciones de cada centro educativo, la tarea del Instituto no se cumplirá en toda su extensión.
No podemos dejar de señalar que la elección de la Presidenta del Instituto de Evaluación Educativa no nos convence. No es bueno que la Presidencia del Instituto que tiene que evaluar los resultados educativos sea quien presidió uno de los Consejos Desconcentrados en el pasado quinquenio; no se debe olvidar que la evaluación que deberá realizar el Instituto tiene por objeto, en los hechos, analizar y medir los resultados de una gestión en la que la nueva Presidenta del Instituto está directamente involucrada.
En sentido contrario, es una señal muy positiva el hecho de que el nuevo director del Instituto de Evaluación haya sido seleccionado mediante concurso y que quien haya ganado el concurso sea un profesional capacitado y con amplia experiencia académica y profesional en este campo.
También es una señal positiva que en el equipo de dirección del Instituto figuren profesionales de gran idoneidad técnica como Andrés Peri y María Inés Vázquez.
Por otra parte, este equipo debutará con el análisis de los resultados de la nueva edición de las pruebas PISA que permitirá actualizar el diagnóstico de nuestra situación en términos comparados con el resto del mundo.
Parece muy claro que es necesario mantener la participación de nuestro país en las pruebas PISA porque es imprescindible tener parámetros internacionales para establecer cuál es nuestra situación. A su vez, la incorporación del análisis comparado con la evaluación a nivel nacional será muy enriquecedor y complementará el panorama actual de nuestra educación.
Finalmente, la puesta en marcha del Instituto de Evaluación pone en evidencia una vez más, la ausencia de un sistema similar para la evaluación y acreditación de las instituciones universitarias. Lamentablemente no se ha podido acordar una propuesta normativa que permita evaluar a nivel nacional la calidad de las propuestas universitarias, tanto públicas como privadas.
Esta asignatura pendiente solo podrá ser resuelta cuando se asuma que nuestro país, como todos en el mundo, cuenta con un sistema universitario en el que es necesario evaluar a todas las instituciones en igualdad de condiciones, sean estas públicas o privadas.
De todos modos, es necesario valorar positivamente la puesta en marcha del nuevo Instituto de Evaluación Educativa, instrumento indispensable para la mejora de calidad de nuestra educación básica y media.