La Rebelión de los Tontos (sin vacunas a la vista)

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Por Dr. Daniel Chirico Costoya

Hace pocos días el Gobernador del Estado de Tennessee, expresó palabras más ,palabras menos,  “ La vacuna no inmuniza contra  el egoísmo y la desidia”, esta sentencia que paso por algunos medios sin pena ni gloria ,nos certifica con cruel verdad como la estupidez humana no tiene ni rezos, ni credos, ni latitudes, porque en términos ontológicos podríamos afirmar que éste estado de relacionamiento  con el prójimo es previo a cualquier interacción humana y  conforma nuestro “seteo básico”, es decir como congénitamente venimos preparados para enfrentar al mundo.

En las últimas semanas han sido muchas las contradicciones, las triste noticias, que gritan que aquellos lugares que enfrentaron de la mejor manera la primera ola de brotes (Léase Alemania, Australia) hoy tropiezan con la misma piedra, pero lo triste y no menos trágico es que ese obstáculo tiene nombre y apellido y hasta un luminoso que reza “Covid 19 el día que el Siglo XXI se enfrentó a sí mismo”.

Al parecer las medidas expresadas como sugerencias en los países que se precien de demócratas, son obstaculizadas por un individualismo, muchas veces teñido de redito político, donde se obvió el bien común en aras del individuo, de las peores combinaciones que podemos ofrecer en el combate a una pandemia que no solo no da respiro, sino que prueba los mecanismos que tiene la Democracia de hacer efectivo su estado de derecho.

La mezquindad de la condición humana agita las aguas de la libertad cuando es ella la que esta en juego, pero no por acción del Estado sino por un arma biológica que al parecer no tiene marca registrada pero que muchos suponen un origen si no incierto sospechoso.

A pesar de un año tan convulsionado,  no ha habido sorpresas a nivel científico las soluciones han salido históricamente desde Occidente y así seguirán, mas allá de preciosismos técnicos, la vacuna china no entra en la conversación de la inmunización masiva a al menos para los simples mortales a este lado de los Urales y la Spuntik V, de la que el Gobierno Ruso adelanto su producción masiva y consecuente vacunación hace dos meses , aun no ha salido de la fase 3 y buscó socios en América Latina, primero Venezuela, luego Brasil que fue el primero en suspender sus ensayos, luego en Argentina  donde parece una telenovela buscando luego  la cooperación de producción y distribución con Astrazeneca lo que a esta altura parece un culebrón caribeño

El resto de los gigantes de la industria farmacéutica y universidades liderades por Oxford, el propio Astrazeneca, y Pfizer han pasado su fase 3 y en países serios han autorizado su uso en campañas de vacunación masiva, no sin los temores de casi un ensayo in vivo con todo el riesgo que ello comporta. Contener el aliento ante el éxito o el fracaso, contener el aliento ante nuevas mutaciones de un virus que parece mas inteligente que una simple cadena de aminoácidos es todo un desafío a un planeta que ha tercerizado en gran parte este grave problema donde al parecer se mueren “otro tipo de humanos” que obviamente no somos nosotros.

Mientras en Uruguay aun discutimos la oportunidad de limitar en un marco legal y a término las aglomeraciones, el nivel de contagio y sus victimas fatales son la sal y pimienta de una discusión que algunos, desestimando el bien colectivo, la arrastran en el lodo de las diatribas políticas con rehenes propios y ajenos.

Uruguay no escapa a la desidia y el egoísmo del que habla el Gobernador de Tennessee, del que hablan los sensatos que entienden la gravedad del problema.

Mientras los tontos esperan en la vacuna el antídoto a su propia desidia, se rebelan, desafiantes enhiestos y desenfadados, sin saber que la vacuna que salvara al planeta aun no esta en fase 0 y es la de la empatía con el prójimo y el sentido común.

Estas ultimas semanas no solo que han sido preocupantes, sino que han encendido las alarmas, en la sociedad, en la economía, en el trabajo, en la salud, pero el Uruguay pese a todo y fiel a su estilo, en la Pandemia hace lo que quiere como puede. No a la rebelión ¡

Daniel.chirico@hotmail.com