La marcha por el 8M

rochatotal//

Por Elena Grauert

El 8 de marzo o día internacional de la mujer, no es una marcha, ni es para ser utilizado con fines proselitistas, ni tiene nada que ver con la LUC, ni el PIT-CNT. El día internacional de la mujer es un día en el que defendemos nuestro derecho a tener las mismas oportunidades, recibir la misma remuneración que el hombre, no padecer violencia de género, no ser más el sexo ni débil ni fuerte, sólo Ser en las mismas condiciones.

Por eso quienes estamos en la coalición de gobierno decidimos NO ir a una marcha que no nos representa, que en realidad nació mucho después que la defensa de los derechos de las mujeres y que se ha trasformado en un “carnaval” de ideologías partidarias, gritos e ideas, que no se alinean con la defensa republicana de la igualdad y justicia frente a la discriminación.

No es cierto que defender a la mujer sea un reclamo de la izquierda (marxista), como anda por ahí en un panfleto. La defensa de los derechos de igualdad, es un reclamo de la mitad de una parte de la sociedad, que trabaja, estudia y aporta en la misma proporción que la otra.

En Uruguay, la igualdad plena se alcanzó luego de la ley de derechos civiles de la mujer, no existiendo causa jurídica que habilite ningún tipo de diferencias o subyugación de un sexo, ya hace más de 70 años, no reconociendo más diferencias que el de las “Virtudes…”

La marcha nace para reaccionar contra la violencia domestica fundamentalmente, tratando de dar una sóla voz al movimiento feminista de rechazo a ese flagelo, pero claramente se fue desvirtuando, pasando a ser otra cosa, donde las voces y actos que se ven no representan a muchas de las mujeres que son feministas, pero entienden que sus derechos son siempre en post de la igualdad y la justicia y no de justificar cualquier cosa, solo por el hecho de ser mujer, ni ir con pancartas del PIT CNT o el SÍ como ha sucedido.

La lucha actual del feminismo es por acceder a la igualdad en términos de la cultura social, a efectos de poder tener equidad de acceso, la lucha se da en educar para ser iguales en todos los aspectos de la vida, en la no violencia, en aceptar las separaciones de las parejas en forma concertada, en entender que no hay propiedad y que muchas veces el amor es pasajero. Eso podría ser la llamada perspectiva de género, pero eso mismo si se interpreta como un “indubio pro mujer”, puede conllevar a enormes injusticias, que nada tiene que ver con la igualdad y que genera incentivos en desequilibrios que arrastran a consecuencias no deseadas, de división, lucha o rencor, que sin duda se alejan del objetivo.

Por tanto, es evidente que como se conceptualizan las cosas, nos hacen diferentes a quienes no creemos “per se” que, por tener el mismo sexo, exista una identidad colectiva que inhiba el pensar diferente y lo castigue. Las mujeres, como los hombres, somos todas diferentes, pensamos diferente y tenemos creencias diferentes, no existe un colectivo indentitario que nos agrupe, porque, por lo pronto, hasta las propias diferencias sociales o experiencias etarias hacen que para algunas la discriminación se visualice en forma muy diversa. La única lucha clara que nos ha mancomunado es la lucha contra la violencia, pero eso se ha desvirtuado en lectura con las cuales muchas veces no hay coincidencias.

Pero para quienes tienen miedo de quedar fuera del movimiento, lo más importante es probar que se cumple con los objetivos acordados y que se defienden los derechos de las mujeres con la acción y no gritando una cosa, pero luego no haciendo nada o haciendo otra, al punto de excluir de facto a quienes tienen visiones políticas diferentes, como sucedió ahora y en el pasado.

Es importante destacar que, conforme al documento consensuado por las mujeres de la coalición el 18 de noviembre de 2019 (Compromiso País), se rindió cuentas de todo lo actuado desde el 2020 y 2021. Estos fueron algunos de los importantes logros alcanzados:

1. En relación al trabajo, igualdad salarial, capacitación y garantía en los cuidados. Se brindó apoyo especial a mujeres jefas de hogar y víctimas de violencia de género en la creación de emprendimientos en pequeños y mediana empresas. Se profundizaron las políticas de ampliación del plan CAIF y de otros instrumentos que diversifican la oferta, las escuelas de tiempo completo y los Liceos María Espínola, también de tiempo completo. Partida para la primera infancia en la ley de rendición de cuentas que repercute en las jefas de hogar.

2. En cuanto a violencia de género, se dispusieron recursos para la ley integral y su plena instrumentación; educación, difusión pública y capacitación de profesionales para alertar y detectar la violencia de género. Se aumentaron las fiscalías a nivel nacional. Se inauguró el primer juzgado especializado de género en San Carlos, Maldonado. Próximos dos en Rivera y Salto. Se dispuso de atención especializada 24 hrs. a través de línea telefónica; extensión de tobilleras electrónicas en todo el país; ampliación de los centros de Estadía (se logró abrir uno en Maldonado). Se institucionalizó, bajo la ANEP, la campaña de noviazgos libres de violencia.

3. En cuanto a vivienda, se suscribió un convenio con MEVIR para mujeres rurales y se dieron 500 subsidios de alquiler para mujeres atendidas por Inmujeres bajo situación de VBG.

4. La ley Federica que amplía la licencia para los padres con hijos prematuros. Asimismo, en la LUC se creó el Registro de Violadores, dentro de la Direcciona Nacional de Genero del Ministerio del Interior; se prohibió la redención de pena para violadores y abusadores sexuales. Ambos logros que, increíblemente, se piden derogar. En cuanto a las normas de adopción, se bajan los plazos y faculta al Juez a fallar judicialmente sin preceptividad de informes del INAU, lo cual también, increíblemente, se pide derogar.

Por tanto, si bien NO MARCHAMOS, este gobierno en forma mancomunada, cumple con gran parte de lo acordado en el Compromiso País, haciendo cosas sin excluir a nadie y defendiendo más que nunca la igualdad, generando políticas para los más débiles frente a los flagelos de seguridad y luchando por mejorar la educación haciéndola inclusiva para todos sin importar, sexo, ni religión, ni raza. Sin discriminar a nadie.

Entiendo que la defensa de la igualdad, siempre debe estar enmarcada en el respeto a todo tipo de diversidad, tanto de sexo de raza o de ideas, por lo que, el cuidado de las formas en cuanto a ser coherentes con lo que se pretende defender es de principio y su contradicción desdibuja el fin que se quiere preservar.