Hoy el problema es el desempleo
rochatotal.
Por Elena Grauert
“El Departamento de Trabajo de Estados Unidos señaló el pasado viernes 8 de mayo que la economía eliminó más de 20.5 millones de empleos en abril, lo que elevó la tasa de desempleo al 14,7%, una devastación nunca vista desde la Gran Depresión”.
Eso es lo que está pasando en una de las potencias mundiales con el empleo, el mismo se está pulverizando con una rapidez insólita, si bien la buena noticia es que la mayoría de esos despidos son temporales, dado que están a la espera de reingreso.
Parafraseando aquel refrán, ” de aquellos polvos vendrán estos lodos”, el desempleo en aquellas latitudes y en general en todo el mundo occidental, traerá consecuencias, no solo económicas sino también sociales e intelectuales. La pandemia deja visibles las fragilidades de los sistemas de cobertura de los sectores más vulnerables, como la población afrodescendiente, mujeres y jóvenes pobres en cuanto a su impacto, pero provoca sentimientos nacionalistas e irracionales, que no sabemos cómo terminan.
En nuestro país el ex vicepresidente Raúl Sendic, salió fuertemente a criticar al pasado gobierno, refiriéndose al estado de fragilidad que tenía la sociedad, ya que ” se debió recurrir rápidamente a las ollas populares”. Mucho más impactante fue el estado de necesidad de 400.000 personas monotributistas, unipersonales o simplemente gente que hace changas, que quedaron fuera del sistema de protección, lo cual hace repensar no solo la importancia de los seguros por desempleo , sino que también el valor de las Pymes en su mayor expresión.
Pero quizás lo más impactante de los números, que por cierto en Uruguay ya veníamos con una tasa alta de desempleo del 10%, es que el país debe conservar los empleos y generar nuevas ocupaciones, que necesariamente implican una inmensa responsabilidad de todos los actores que participan en los procesos productivos. Trabajadores y empresarios, hoy juegan un papel fundamental en buscar equilibrios que hagan viable el mantener los empleos, pero mucho más que permitan la generación de empleos nuevos, dado que muchos se van a perder porque gran cantidad de empresas inexorablemente van a cerrar, golpeadas por el COVID 19.
El golpe económico producido en el mundo, implica necesariamente la necesidad de conquistar nuevos mercados y vender hacia el exterior, desde ganado hasta tecnología o productos que sean fruto de la biotecnología . El Uruguay debe apostar a sus credenciales en cuanto a calidad, sanidad, el buen manejo de la pandemia , para producir y vender ” know how” , haciendo de la retracción de la economía una oportunidad para dinamizar sectores que puedan generar y vender conocimiento a nuevos mercados. La buena noticia es que si logramos pasar el bajón, acompañados necesariamente de buenas políticas sociales, la reactivación debería venir pronto, ya que Uruguay es un país volcado al mundo, con una gran capacidad de resiliencia ante los momentos de crisis, que es una excelente carta de presentación.
Es claro que no va a ser fácil, pero quizás en todo este ajuste en donde gana el emprendedor , sea una oportunidad para , los jóvenes que ya vienen con un 30% de desempleo (siendo de los índices más altos de Latinoamerica) , lo cual es un disparate, pero que hoy el uso de la tecnología, el ser emprendedores , el querer asumir desafíos, quizás genere un cambio en los que demandan empleo, donde sean ellos los actores que nos conduzcan en la economía del futuro.
También es cierto, que la pandemia acelera problemas que hacen más gravosa la situación de sectores de la sociedad, con poca educación, que sin duda son los más vulnerables ante la nueva realidad, la automatización y robotización de los procesos, que han tomado impulso a causa del COVIT 19, el hecho que se promueva la distancia social, el prohibir las aglomeraciones de personas, lleva a impulsar otras formas de procesos y comercios, sin gente, por tanto los empleos con menos calificación son los que van destinados a desaparecer por ser estos los más automatizables. Por lo que las necesidades y planes de capacitación, la informática, disminuir la brecha digital, son herramientas imprescindibles para acceder a empleo y ello sin duda favorecerá a los más jóvenes, con mayor capacidad de adaptación.
Lo cierto es que el problema hoy no es la canasta, ni la capacidad de adquisición de bienes, lo inmediato es la conservación y generación de empleo ,por lo que es el momento en que no podemos atarnos a preconceptos ni ataduras, sino actuar con mesura pero con gran rapidez, generando nuevos instrumentos jurídicos y técnicos que sean funcionales al desarrollo de nuevos negocios, utilizando todos las salidas posibles en la promoción de empleos y mirando mucho al pequeño empresario o emprendedor, capaces de generar sinergias diversas a las industrias a las que hoy estamos acostumbrados.