El celeste hacia una nueva utopía

rochatotal//Ricardo Méndez Molina.

Al decir de Galeano “… la utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte  se desplaza diez pasos más allá…,entonces ¿para qué sirve la utopía?, para eso: sirve para caminar…”

Cada inicio de una temporada futbolística  tiene esa carga de expectativas lógicas, personales y de todo un entorno. Las ilusiones van entonces desde la meta individual a lo institucional. Todos, dirigentes, jugadores e hinchas, transitan ese camino de utopía.

Hace 21 años, o tal vez algún año más atrás se soñó, se creyó en una utopía, donde se fue  formalizado un viejo anhelo, llegar al fútbol profesional. La experiencia de Colón jugando acá en Rocha y la posibilidad de fusión con una de las instituciones más añejas del fútbol uruguayo, pero no se creyó que era el camino. Hace unos años atrás se volvió a tratar y nuevamente fracasó , se murió en el intento.

Dos situaciones diferentes, antes, porque era un camino posible, reglamentariamente para llegar a esa utopía del profesionalismo, la última, por razones de supervivencia.

Pero ,resumiendo, desde el inicio donde Rocha disputó su ingreso a la AUF con Colonia, simultaneamente aparecía una segunda opción del Sector Interior de nuestro departamento, liderado en ese momento por el hoy diputado Alejo Umpierrez . Hubo que negociar, a los efectos de presentar una única candidatura por el departamento. Cosa por demás lógica. Ahí surgió el color de la camiseta alternativa, verde, la de la selección del Sector Interior.

Desde ese entonces ha pasado veintiún años. Lo más importante es el hito que marcó a fuego el Rocha FC, conseguir romper la historia y lograr, un humilde club del interior, coronarse Campeón de un Torneo Uruguayo y participar en una Libertadores. Esto colmó la utopía deportiva , lo otro fue lograr, aunque a los tumbos , sobrevivir hasta ahora. La falta de una “identidad local” ha sido  un obstáculo, un contrapeso siempre vigente.

Hoy hay  nueva etapa, con una Sociedad Anónima Deportiva (SAD) recientemente aprobada, se reinicia un nuevo sueño, una nueva utopía.  Pero como todo en la vida nada se logra sin esfuerzo, sin sueños, con perseverancia, con sacrificios como aquel 2005 donde en moto, bicicleta, se concurría a entrenar con toda la ilusión  en la “cancha El ombú”´, un campo en pendiente, sin arcos y como vestuario unos árboles, o la de “La vaquita” a orillas del Arroyo de Rocha (nombre que surgiría después).

Hoy  es otro tiempo, otras circunstancias, pero la utopía está ahí, no hay que perderla y hay que soñar en grande ,mientras se camina hacia el horizonte.