Cuatro empresas realizaran prospección sísmica en aguas uruguayas
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Prospecciones sísmicas offshore en Uruguay: beneficios, riesgos y el difícil equilibrio ambiental

La reciente autorización ambiental otorgada por el Ministerio de Ambiente a cuatro empresas internacionales para realizar prospección sísmica 3D en el lecho marino uruguayo vuelve a colocar al país frente a un antiguo pero siempre complejo dilema: ¿cómo avanzar en la búsqueda de recursos energéticos estratégicos sin comprometer la biodiversidad ni las actividades económicas costeras?
El interés por explorar petróleo en aguas profundas no es nuevo. Según la propia cartera ambiental, esta búsqueda lleva décadas y podría implicar oportunidades económicas y energéticas de gran magnitud para Uruguay. No obstante, en este nuevo ciclo —con contratos heredados de la administración previa— el gobierno afirma haber incorporado las máximas garantías ambientales, duplicando los estándares de mitigación y ampliando controles y restricciones.

Los argumentos a favor: potencial económico y soberanía energética
Entre los principales beneficios señalados por las autoridades se destacan:
1. Potenciales ingresos y autonomía energética. El hallazgo de hidrocarburos significaría un salto económico importante para Uruguay, no solo por ingresos fiscales, sino por mayor independencia energética en un contexto mundial inestable.
2. Mayor regulación y control
El Ministerio de Ambiente aplicó exigencias estrictas: Limitación del tiempo de prospección (noviembre–abril).
Reducción de las áreas autorizadas respecto a lo solicitado.
Mayor distancia entre buques (100 km).
Observadores de fauna y monitoreo acústico obligatorio.
Compensaciones a la pesca y planes de monitoreo biológico.
3. Precaución frente a impactos acumulativos

La evaluación ambiental reconoce riesgos, pero sostiene que existen medidas factibles de prevenir o mitigar los efectos, e incluso considera la superposición con áreas prioritarias de conservación, ajustando los permisos para minimizar interacciones críticas.
Los argumentos en contra: impactos en biodiversidad y cuestionamientos sociales. Las organizaciones ambientalistas y varios sectores sociales mantienen una postura de fuerte oposición, basada en tres puntos centrales:
1. Riesgos para fauna marina
Los pulsos acústicos de alta intensidad pueden alterar comportamientos de cetáceos, tortugas y peces. Uruguay posee áreas sensibles como el Talud Continental y la zona de cría de merluza, que coinciden con parte del área autorizada.
2. Incertidumbre científica
Si bien existen medidas de mitigación, persisten dudas sobre su eficacia frente a especies migratorias y ecosistemas complejos. Incluso el ministerio reconoce “incertidumbre” en modelos de impacto acústico.
3. Actividad pesquera vulnerable
Las prospecciones podrían afectar temporalmente los ecosistemas donde se reproducen, migran o se alimentan especies clave para la pesca artesanal e industrial. El gobierno prevé compensaciones, pero su efectividad aún es incierta.
El difícil equilibrio entre desarrollo y protección
El debate sobre la prospección sísmica en Uruguay sintetiza un dilema global: la búsqueda de recursos que pueden aportar desarrollo económico frente a la necesidad de proteger la biodiversidad y los modos de vida costeros.
El gobierno sostiene que estableció condiciones inéditamente estrictas; las empresas, que las exigencias son excesivas; y los ambientalistas, que no existe un nivel aceptable de riesgo cuando se opera en ecosistemas frágiles. Entre estos polos, el país debe navegar con criterios técnicos, transparencia y participación social real.
El resultado final no dependerá solo de la tecnología o la regulación, sino de la capacidad de mantener un equilibrio responsable donde el desarrollo no comprometa el patrimonio natural que define a Uruguay.

