Dime quiénes son tus socios y te diré quién eres…
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Varios de los sectores que apoyan la candidatura de la Ing. Cosse buscan imponer sus dogmas, disfrazándolos de propuestas programáticas. “Cogestión” sindical para las empresas públicas; prohibición del desarrollo forestal; eliminación de los liceos militares; nuevos impuestos a la renta; y control sobre la cultura, son algunas de las propuestas que pretenden incluir en el programa único frentista. En el terreno de la acción, sus demás socios ya están en campaña para echar por tierra la reciente reforma de la seguridad social.
La adhesión ciega a ideas obsoletas plantea riesgos considerables para el progreso. Sobra evidencia para afirmar que la rigidez ideológica extrema, patrocinada por la izquierda radical a lo largo y ancho del mundo, limita la capacidad de adaptación de los Estados a los desafíos de la nueva era, conduciendo a políticas excluyentes. Lo vemos a diario en Cuba, Venezuela y Nicaragua, “las democracias diferentes” del frentismo.
Lastimosamente, nuestro país no es inmune a estas expresiones. En la izquierda vernácula existen varios exponentes del “sesentismo”, que invocan permanentemente un grupo de ideas del pasado que nunca funcionaron. Miran con nostalgia el mundo bipolar, extrañan los tiempos de la URSS, se conforman con Cuba, que allí sigue, inmóvil, empobrecida, devastada. Pero, aseguran convencidos, “la revolución continua” y “nunca más gobernó la derecha … “
El grupo “Izquierda y Libertad”, una alianza que apoya la precandidatura de Carolina Cosse y tiene entre sus sectores más importantes al Partido Socialista, al Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), a Casa Grande y a la Lista 5005, busca “enfrentar con eficacia el proyecto político conservador”, encarnado según ellos en el gobierno de coalición, que está “basado en la conjunción de intereses de la oligarquía y del imperialismo”.
Según consignó Búsqueda en su edición del jueves de la semana pasada, la alianza que apoya a Cosse pretende incluir varias propuestas en el programa único que el Frente Amplio aprobará en su congreso de diciembre, en el que también tomará postura (de forma oficial, ya que una infinidad de grupos se manifestaron a favor) respecto al plebiscito propuesto por el PIT-CNT para echar por tierra la reforma de la seguridad social recientemente aprobada.
Las propuestas son una verdadera antología de la locura.
El Estado, aseguran en primer término, debe ser “el orientador general de las actividades económicas del país” y no un mero “garante y sustento de decisiones de los empresarios”. En este sentido, proponen “ampliar el área de la propiedad pública, tanto para participar efectivamente en el sistema de formación de precios como para captar una parte del excedente económico”. La “inflexión hacia el desarrollo”, aseguran, depende de que el Estado “encare emprendimientos productivos de alto impacto, pues, junto con las eventuales ganancias que se generen para fortalecer las finanzas públicas, serán garantía de alta calidad e innovación en lo tecnológico y organizativo”. En resumen: la inefable economía planificada.
También quieren prohibir expresamente la “instalación de nuevas plantas procesadoras de celulosa” -que tanto alentaron cuando eran gobierno, apropiándose descaradamente de una idea del coloradismo que hoy critican- y “suspender la búsqueda de petróleo e hidrocarburos en todo el territorio nacional” -parece que olvidan que fueron sus gobiernos los que emprendieron esa “búsqueda”, anunciando incluso que lo descubrirían “muy pronto”; todavía estamos esperando el petróleo de Sendic y Cia.
“Izquierda y Libertad” también buscará incluir en el programa frentista nuevos impuestos. Propone, concretamente, “profundizar y corregir la tributación de rentas y, en particular, las vinculadas al capital”. A su vez, dice que para tributar la riqueza acumulada “el instrumento más adecuado es el impuesto al patrimonio”, del que se deben fijar “nuevos parámetros”.
Por supuesto que en el paquete económico habrá lugar para más empresas públicas, manejadas por los socios del PIT-CNT. Además de diversas creaciones, en el documento solicitan que se avance “hacia dispositivos de cogestión en las empresas públicas, incorporando a los trabajadores a los directorios” de las mismas.
Una vez controlada la economía, buscaran el control sobre la educación y la cultura. En esta materia proponen “rediseñar” el Ministerio de Educación y Cultura, para que pase a llamarse “Ministerio de las Culturas, las Artes y los Patrimonios”, dotándolo de “mayor institucionalidad” para la “conducción y coordinación de las políticas culturales”.
Además de la recurrente idea de “eliminar los liceos militares”, sin un solo argumento de peso, proponen promover la llamada “educación popular” como “camino para el aprendizaje y la puesta en práctica de valores de solidaridad que contrapesen el individualismo imperante”. Como no podía ser de otra manera, los aliados de Cosse buscarán “derogar, en el menor plazo posible, todos los artículos de la LUC referidos a la educación” y también “suspender de inmediato el proceso de transformación educativa, retornando a los planes vigentes hasta el momento” de su aplicación.
También buscan “garantías” en su lucha contra los “enemigos” externos. Así, plantean que el frentismo incluya a texto expreso en su programa que bregará por la “soberanía en el proyecto educativo nacional”, lo que implica que “no se aceptarán modelos importados que desconocen las características del Uruguay” ni se permitirá la “injerencia de ningún tipo de organismo internacional en nuestras definiciones de políticas educativas”.
Finalmente, el grupo de iluminados con Cosse solucionará de una vez por todas los problemas de seguridad y defensa. ¿Cómo? “Redimensionando” las Fuerzas Armadas e impidiendo su participación en misiones de paz, vistas como “ocupaciones extranjeras” que habilitan “abusos de diverso tipo y terminan siendo funcionales a la acumulación de los grandes capitales imperialistas”.
En seguridad, buscarán “revisar y derogar leyes represivas y punitivas, fundamentalmente hacia jóvenes y mujeres, en especial las establecidas por la LUC”. Según los gestores de la peor catástrofe de seguridad, “para abordar el problema no hacen falta más leyes represivas, sino una mejor gestión integral del problema”. De esta forma, proponen “definir una política de seguridad basada en la perspectiva de prevención, de descriminalización de la pobreza, de desprisionalización, desarme…”.
Por fuera del delirio programático que se comenta solo, el PIT-CNT junto al Partido Comunista, el otro gran sostén de Cosse, ya juntan firmas para plebiscitar una reforma constitucional que establece cambios sustantivos en el régimen de seguridad social.
Cosse prefiere el silencio. No opina de propuestas. Tampoco quiere adelantar su posición respecto al plebiscito. Dice que nadie habla por ella, pero sus socios han sido más que explícitos. Alguien podría decir que Cosse, al menos hasta el momento, difícilmente logre ganar la interna de su partido para liderar, eventualmente, un gobierno frentista. No es necesario que eso ocurra. Las expresiones que la rodean, allí estarán, integrando también un eventual gobierno de Orsi.
En el fondo, todo se reduce al refrán que encabeza este comentario: “dime quiénes son tus socios y te diré quién eres…”
Correo de Viernes