Tiempos interesantes
rochatotal//
Por Hoenir Sarthou
La noticia de que la reforma constitucional sobre la seguridad social habría alcanzado el número de firmas necesarias para ser sometida a plebiscito en octubre de este año genera una situación política inusual, en la acepción a la vez rigurosa y amplia del término “política”.
La clave es que esa reforma elimina al sistema de previsión social “mixto”, basado en cuentas individuales administradas por empresas financieras privadas conocidas como “AFAPs”, un sistema con el que han convivido, manteniéndolo y en los hechos defendiéndolo, todas las formaciones partidarias que han gobernado al Uruguay en los últimos treinta años, incluidas las dos grandes coaliciones que tienen chance de gobernarlo a partir de 2025.
Desde el actual gobierno, la cosa es muy clara. Ya han salido sus ministros y voceros a anunciar desastres si la reforma es aprobada en octubre. Falsos desastres, como lo demuestra la salida de los “cincuentones” del régimen mixto, ocurrida a partir de 2018 por la Ley 19.590, que produjo en realidad una reducción del déficit fiscal durante varios años, y no las catástrofes que los defensores del sistema anunciaban.
El sistema privado de seguridad social es indefendible desde la experiencia práctica de sus casi treinta años de aplicación. En Chile y en Argentina, que lo habían impuesto con más rigor, es decir sustituyendo al sistema público, tuvo que ser eliminado porque sencillamente mataba de hambre a sus pasivos. En Uruguay, con más astucia, se lo hizo convivir con el régimen del BPS, y eso le ha permitido subsistir, porque las prestaciones del BPS en parte compensan la renta de miseria que paga el sistema privado. Sin embargo, cada vez que una cohorte generacional se aproxima a la jubilación, como pasó con los “cincuentones” y pasa ahora con los “cuarentones”, es necesario intervenir legislativamente para solucionar situaciones inviables.
La defensa del sistema privado es también insostenible desde el sentido común. ¿Quién puede creer que el sistema público del BPS podría fortalecerse si se le sustraía aportación de los trabajadores más jóvenes y de mejores ingresos?
El resultado fue, como era previsible, la desfinanciación del BPS y el enriquecimiento de las AFAPs, que captaron por concepto de comisiones miles de millones de dólares y luego entregan al Banco de Seguros del Estado una miseria para el pago de rentas vitalicias por parte del Estado.
Más compleja, desde el punto de vista político, es la postura del Frente Amplio. Durante sus quince años de gobierno, el FA mantuvo el sistema de AFAPs, pese a que numerosos documentos y discursos previos planteaban su eliminación.
La explicación es sencilla. Las AFAPs son el capital financiero, el verdadero poder. Y a nadie que quiera acceder y mantenerse en el gobierno le resulta “saludable” tirarse contra el capital financiero. Así de sencillo.
Por eso tanto Yamandú Orsi como Mario Bergara se pronunciaron contra la reforma del PIT CNT y Carolina Cosse declaró que “quiere saber lo que piensa la gente” antes de pronunciarse.
¿Es necesario algo más para entender la situación?
De modo que nos encontramos ante una paradoja, la de una causa popularmente sentida (nadie quiere jubilarse por las AFAPs) y defendida por la organización sindical, que cuenta con el rechazo de los dos aparatos políticos con chance de ser gobierno.
¿Cómo se resolverá este asunto? Dicen que una maldición china reza: “que te toque vivir tiempos interesantes”.
Son tiempos difíciles los que nos toca vivir. Entre otras cosas porque la situación de la que hablamos pone a muchos uruguayos en una encrucijada: ¿es posible querer eliminar un sistema previsional muy malo y, a la vez, votar a los partidos que han instalado y sostenido a ese sistema? ¿No hay algo esquizofrénico en el asunto?
Volveremos sobre este tema, con toda seguridad, porque será apasionante ver cómo se resuelve esa flagrante contradicción, de una medida popularmente sentida que prácticamente no tiene un correlato político-electoral.
Todo indica que nos toca “vivir tiempos interesantes”.