Moralidad en modo bytes

rochatotal.

Por Dr.Daniel Chirico Costoya

Nunca tantos inquisidores, sacerdotes, jueces de moralina, encerrados entre la barra espaciadora y el enter, nunca antes tanto insultaron a tan pocos y viceversa, nunca tanta justicia declamativa, nunca tantos observando el mundo a través de la ventana de su display temerosos de encender y resetear su propio disco duro.

La bolsa común de nuestra desidia no incluye nuestra papelera de reciclaje, una pandemia no es razón suficiente para muchos, tan solo una excusa de seguir tal cuales somos, y no es un problema en nuestro barrio, sino que el mundo es el espejo crudo, real e ignorante.

La Humanidad testigo victima y victimario de su propio destino, ha logrado un parcial vaciamiento de sus valores sin un día atrás y aligerar nuestras culpas con discursos políticamente correctos una forma edulcorada de auto-perdón.

La pandemia en algún momento tendrá su cenit y luego de ella muchos quedaran peores que antes, peores que otros peores que si mismos, la economía, la salud, la sociedad tienen su caja de resonancia propia y con decibeles variados y aleatorios, sonando en conjunto a tono o desafinando.

Hay otras crisis que subyacen, de las que todos hablan en tercera persona, de las que existen muchas recetas y de las que pocos adoptan.

La crisis de valores de Occidente, es propia no trasciende los Urales ni la Península Arábiga, otras costumbres milenarias aun parecen inmunes a tanta decadencia, aunque se mantengan a sangre, fuego y silencio, de este lado sin embargo todo parece una pendiente lubricada rumbo a un inoportuno abismo.

Iluso el que cree que esta crisis de ,seis ,doce o un poco  mas de meses nos hará testigos de nuestra propia reconversión, nos faltan  una de dos cosas o tal vez las dos o mas tiempo o mas crisis, mientras en muchos lugares el purgatorio o el patíbulo tienen lista de espera en otros la propia Humanidad juega con sus propias necesidades, los propios Judas a la vuelta de la esquina; especular un destino distinto es especular con no estar inmerso en el.

La reapertura gradual del Mundo no descubrirá ningún velo, tan sólo seremos los mismos de siempre, mas demacrados, mas ansiosos, mas temerosos…del Mundo, pero no de nosotros mismos. Esta debiera ser una columna de autoayuda, pero no lo es, y no lo será tan solo es una crónica tal vez de lo que somos o no debiéramos ser, donde la política y el convencimiento aristoteliano de los animales políticos a veces no debe entrar.

Ansiosos muchos esperamos a que el recuerdo de hoy, mañana sea una pesadilla, un año que no imaginamos que no quisimos vivir, pero aquí esta él y nosotros, él pulseando nuestras emociones y nosotros tan solo brincarlo.

Todo tiempo nuevo es una oportunidad, y la esperanza una buena moneda a la cual apostar, pero mientras nuestra moralidad en modo bytes nos condicione continuaremos mirando hacia arriba y sin saberlo esperaremos  el ascensor para llegar recién al cadalso……