La Rebelión de los Sordos (batallas de la desmemoria)

rochatotal//

Por Dr. Daniel Chirico Costoya.

La crueldad de una Pandemia se puede medir en víctimas humanas, en la repercusión sanitaria, en la repercusión económica pero tal vez luego de cierto tiempo, las consecuencias tenga unas pocas causas y dentro de  ellas nos encontraremos en primera persona.

La ola de creciente contagios es tal vez nuestra segunda, primera ola, tranquilos y ufanos en el snob, en el refugio inexpugnable de protocolos que a veces tan siquiera leemos, desnudos ante el avance de un problema que a nadie concierne  y a todos toca.

Los reiterados llamamientos al distanciamiento social parecen haber sido el disparador de nuestra contraoferta, apurar el rebaño en su contagio, y en la estampida comenzó el espanto.

Departamentos que controlaban su casuística verán desbordadas sus expectativas a futuro, la diversión  y lo lúdico, el verano y el Laissez-faire, parece que adelantaran la tristeza de una Navidad que el Mundo, de dientes apretados contradictoriamente se apresta a celebrar.

La vacuna será un alivio, pero no mitigara el dolor de los que han partido o de los que el Mundo aun retiene en este laberinto pesadillesco que busca su “nunca más”.

Ha llegado la hora, de asumir la responsabilidad como Sociedad pero antes que ello , nuestro compromiso con nosotros mismos, decía Aristóteles en su célebre libro de la Política” que “cuando las cosas son de muchos a pocos importan”, tal grave sentencia que se aplica a las responsabilidades civiles del individuo para con el Estado , también incluyen , una viremia que todo lo puede, que esperamos con un par de conexiones de boxeo poder tumbar en el antepenúltimo asalto pero que aún  enhiesta, desafía con sus mejores golpes el intercambio del palo por palo.

La voluntad parece ser una excusa débil a la hora de enfrentarnos a la tarea de comenzar la verdadera batalla, esa que se  desató hace pocos días y en su alocada vorágine nos pone a las puertas del infierno.

La desmitificación de los factores comorbidos como ingredientes necesarios para la evolucion más tórpida de la enfermedad pulmonar ha quedado demostrado con la aparición de formas graves en individuos jóvenes y previamente sanos, por lo que el escudo de la juventud es más frágil de lo que pensamos, no obstante ello es tal vez esta franja etaria quien más ajena está a los cumplimientos de los requerimientos de las autoridades sanitarias.

Tal vez sea el Covid-19 la mejor expresión de la empatía tercerizada  como ese contagio silente que asintomáticos unos despierta en otros la debacle de una enfermedad tan agresiva como contagiosa.

Día a día batimos un record, nuestras estadísticas desnudan a gritos nuestra desidia pero no obstante ello aun esperamos en otros la reacción que diferimos vaya uno a saber las razones,

América Latina ha demostrado en la pandemia sus verdaderas credenciales, con naciones que no han manejado en tiempo y forma lo que con una ventaja de tres meses mínimos se pudieron anticipar. Todo esto dejará una enseñanza tan triste como cruel en los latinos que como tales arrastran el karma de su condición, léase Italia y España como principales referentes a la hora de evaluar los impactos.

Pareciere que el Uruguay ya empezó sus vacaciones, y la emergencia sanitaria es solo de aquellos que aún permanecen en su hábitat natural, mientras unos dan rienda suelta a la recreación, otros resisten en la trinchera, dos Uruguay al menos o  más tal vez, llenos de sordos, gritándose sin escuchar, y una Pandemia que no nos desnuda como sociedad, tan solo nos enfrenta al espejo……

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