La perversión de los clichés

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Por Daniel Chirico Costoya

                              (La Batalla Infinita)

En tiempos modernos donde la intelectualidad es vista como estereotipo arcaico, el cuestionamiento que surge a veces de la misma, se empaña de demagogias o viejos clichés para evitar las mas de las veces caer en la guillotina chusma de las redes sociales.

La libertad como valor supremo, en sociedades fragmentadas es una moneda de escaso valor que puede acarrear mas perjuicios que beneficios, incertidumbres que certezas, anquilosamientos en lugar de evolucionar.

Este mismo artículo es un paradigma de los conflictos que subyacen entre nosotros, temerosos de nuestros actos volitivos, expuestos las mas de las veces a voluntarismos facilistas que a nada conducen, pero que críticos, tantos nos lastiman a nosotros, la sociedad.

Vox Populi Vox Dei, tal vez sea uno de los clichés más viejos en curso, enunciado en tiempos pretéritos de sociedades más o menos conscientes de sus deberes y derechos, hoy la persistencia del mismo es un atavío incomodo, para aquellos que ven en el deterioro de un entramado social con la satisfacción exprés y a flor de piel como buque insignia.

Sin entrar en las discusiones del Nuevo Orden Mundial que algunos advierten ya puesto en marcha a propósito o como consecuencia de la Pandemia, ese micro cosmos que es nuestra sociedad nuestro Uruguay, deberá replantearse sus compromisos con el futuro, tan rápido y tan cercano como el presente si queremos subsistir como un colectivo organizado.

La empatía termino generalizado, vacuo que no se atreve a disentir nos lleva a caminos donde no queremos transitar, asumiendo en nuestro retroceso los costos del sometimiento de verdades a gritos ahogadas en lo políticamente correcto.

La Pandemia, es una excusa, una explicación, causa y consecuencia, pero no la muletilla eterna, que nos ponga a salvo de nuestros errores, nuestras distracciones u obligaciones como seres pensantes políticamente activos.

El Gobierno asumido en marzo del año próximo pasado ha dado, hemos dado, una batalla sin cuartel, al sospechoso coronavirus, y en nuestra inocentada empresa, por debajo del puente nos han llegado las aguas, de firmas, de movilizaciones de una oposición, despreciativa, y contradictoria, que ha intentado de una y mil maneras, jugar a la política mientras otros en la trinchera, no podían voltear a disparar a un segundo enemigo como tal parece que ha sucedido.

Si es o no es oportuno, si fue o no es conveniente, si es necesario si esta próximo o se desestimarán las firmas para un próximo referéndum, por la derogación de una Ley que curiosamente hace un buen tiempo que está en funciones, es opinable y si se quiere relativo.

El ejercicio político de la oposición a pesar de sus flagrantes contradicciones se explican en el campo de batalla, todo sirve para confrontar , todo sirve para relativizar, y nuestra tibieza en defender lo que estamos convencidos , puede ser o el estigma de nuestra torpeza o el inicio de  esa agenda tan distinta fraguada en las urnas por las que la sociedad ha decidido cambiar, no debemos temer a nuestras convicciones ,libertarias ,democráticas que otros desestiman o de las que abusan en aquellos no conscientes de la importancia del grano de arena que construye sociedades.

No es tarde, estamos a tiempo, de defender una gestión, no a través de la imposición, sino a través del debate, tan virulento como caballeresco, tan digno como valiente, a pesar de los desprecios, de las miserias de la condición humana, que busca votos en los escombros de una sociedad que como todas las del orbe han sufrido los embates de una pandemia.

Los clichés no se rompen tan solo se desestiman, y en ese   mismo acto algunas batallas las empezamos a ganar…….