La mala educación

rochatotal//

Por Elena Grauert

En Uruguay somos pocos y nos conocemos, Si algo caracterizó a la política de este país al menos de la salida de la democracia a la fecha, fueron los acuerdos o pactos, con uno u otro partido.

Como responsables de la conducción de un país, los partidos políticos entienden en general que hay límites que no se deben transvasar. No se puede mentir, no se puede negar la realidad, no se debe ni puede justificar cualquier cosa en procura de poder. Lamentablemente, se está perdiendo el límite generando agrupamientos que lo único que les importa es la crítica sistemática.

El caso del agua es el más emblemático. La sequía no es culpa de nadie. Pero claramente este gobierno cuando apuesta a la represa de Arazatí y a utilizar el Rio de la Plata como fuente, lo hizo antes que este fenómeno adquiriera la crudeza actual. El Frente Amplio y los gremios no pararon, salieron como siempre a azuzar la crítica fácil, a desinformar, a generar terror, y a desacreditar sin ninguna razón, la única solución viable y lógica, que por cierto no fue adoptada por ellos que debieron ser los responsables de la solución.

No podemos olvidar que tanto Jorge Batlle como Fernandez Huidobro, advirtieron el peligro que era depender únicamente del Rio Santa Lucía. No se hizo nada en 15 años, pero hoy la oposición y los gremios en lugar de apoyar la política de Estado salen en una oposición rampante, sin fundamento, a desprestigiar al gobierno con los vecinos argentinos, que por cierto no son un ejemplo de gobierno con más de 100 % de inflación y un 40 % de pobreza. Causa lastima y gracia tal desparpajo y sobre todo utilizar un problema como un trofeo político, cuando no hicieron nada antes y no dan ninguna solución plausible ahora.

Se enojan por una denuncia penal contra un funcionario que tira una bomba de humo, pero no advierten que se podría haber lastimado a alguien, que no es la forma. Si el presidente de OSE tira una bomba de humo contra los manifestantes: ¿cuál hubiera sido la reacción del gremio o el Frente Amplio? Sin duda que, ante ese hipotético hecho, hubiesen organizado un paro general indefinido, una denuncia penal en la interna, y otra externa ante todas las Cortes Internacionales. Seguro hubiesen reclamado la destitución del Presidente y Ministro del ramo, por lo menos. No se entiende la doble vara.

Pero seguimos… con la mala educación y falta de límites. Lo mismo sucedió con el SUNCA. Había un trato, las viviendas de ayuda social no se paran; pues bien, de inmediato y sin aviso pararon todo, no importa que la gente que debe ser realojada esperando una vivienda se embrome y no importan los tratos, lo que importa es hacer daño al gobierno. Mucho menos importa que en el medio pague una empresa, porque no hay espíritu de colaboración de querer el bien, el tema es destruir.

En las relaciones laborales, empresarios y trabajadores son complementarios, ambos están en el mismo barco. Si la empresa se funde se pierde el trabajo, eso ha quedado demostrado en miles de ejemplos, basta ver lo que sucedió con OAS y el tendal de empresas fundidas. Hacer tanto daño económico, parar en momentos que se está haciendo el hormigón, debería estar prohibido y se debería sancionar a quien para. Porque el daño es general e innecesario, no se logra más que desequilibrar a la empresa financieramente, que muchas veces hace que estas medidas impliquen el inmediato envío a seguro de paro o despidos para bajar costos, y/o enlentecimiento de la producción para bajar el impacto.

Es mentira que esos gremios tan poderosos, defiendan solamente a los trabajadores. En realidad, es un proyecto ideológico político, generalmente marxista, cuyo fin es adoptar medidas que intentan sustituir el poder de dirección de las empresas. Estas medidas destruyen a las pequeñas y medianas empresas y conllevan claramente a la concentración de empresas grandes que puedan hacerles frente. Pero que muchas veces terminan acordando con costos que se transfieren al Estado y en definitiva a toda la sociedad, destruyéndose puestos de trabajo.

Nada bueno se logra. Lo único que consiguen es concentrar cada vez más poder y romper con la competencia genuina, dadas las exigencias cada vez más grandes a nivel salarial, que sin duda terminan siendo perniciosas para el mercado formal del trabajo, destruyendo empleos, y explican la falta de empresas manufactureras que logran instalarse o su permanente volatilidad.

Pero nada importa, todo vale, no se cumplen los pactos mínimos, no se tienen las consideraciones lógicas, en esa forma de hacer política donde más vale destruir o mentir, para que todo vaya peor. Lo cual es una forma lamentable de competir, porque claramente no se apuesta a la excelencia, a mejorar por la vía de mejores ideas, propuestas creativas, el tema es desprestigiar sin el más mínimo respeto. El bajar el nivel hace que cualquiera pueda opinar y competir, por eso lo único que se persigue es la mala educación…