¿ACUERDO POR REFORMA DE EMPRESAS PUBLICAS?
Pablo Mieres
El viernes pasado los cuatro candidatos invitados por las Cámaras Empresariales presentamos nuestras propuestas con respecto a la economía del país. Fue la primera oportunidad de comparecencia de los cuatro candidatos.
Más allá de las diferencias y coincidencias registradas, la instancia fue muy positiva para mostrar la capacidad de diálogo que existe en nuestro sistema político. También fue útil para que, al menos en una oportunidad, pudiéramos contrastar las posiciones de los diferentes partidos.
Obviamente, como era de esperar, la instancia permitió algún grado de contraposición de ideas y, sin llegar a un debate, se pudieron observar algunos intercambios que hacían visibles las diferencias o acuerdos. También hubo espacio para anécdotas y ciertos toques de humor imprescindibles.
Pero lo realmente importante ocurrió al final.
Después de que nosotros desarrolláramos un discurso crítico sobre el funcionamiento y las reglas de juego de las empresas públicas uruguayas señalando que se usan y se usaron como herramienta política del partido en el poder y señaláramos un paquete de medidas concretas para su reforma, el candidato del Frente Amplio, el Dr. Tabaré Vázquez, señaló con énfasis que estaba dispuesto a firmar un acuerdo en ese mismo momento sobre ese tema.
Hay que ver cual es el alcance de su disposición a acordar, pero el simple hecho de que estuviera dispuesto a firmar ya mismo un entendimiento, abre un espacio que no debería desaprovecharse.
Repasemos cuáles son nuestras propuestas de reforma de las empresas públicas:
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Prohibir la publicidad de las empresas públicas monopólicas
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Extender el tiempo de inhabilitación político electoral a los Directores de las empresas públicas a cinco años para que no puedan ser candidatos y resistan la tentación de usar sus cargos para preparar carreras electorales posteriores
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Prohibir la publicidad oficial durante los seis meses previos al acto electoral,
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Prohibir la creación de sociedades anónimas con capital estatal por debajo de la primera generación y establecer las mismas incompatibilidades a sus directores que las que existen para los directores de empresas públicas
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Establecer que las observaciones del Tribunal de Cuentas sobre actos de entidad económica financiera posean carácter suspensivo.
Se trata de una batería de medidas que transformarían sustancialmente el accionar de las empresas públicas para que dejen de ser un fin en sí mismo.
Las empresas públicas de este país son muy importantes para el funcionamiento de nuestra economía, tanto para el desarrollo productivo y la competitividad de nuestras empresas como para la economía doméstica de los hogares de los uruguayos.
Las tarifas públicas definen el costo de varios insumos que son básicos para determinar los precios de nuestros productos y servicios. El combustible, la energía eléctrica, el agua, las telecomunicaciones son componentes fundamentales para la determinación del precio final de nuestra producción e impactan directamente en nuestras posibilidades de competir en el mundo.
Por otra parte, en el presupuesto de los hogares, particularmente en los de menores recursos, el peso de las cuentas de luz, teléfono, agua, supergas y combustibles es enorme. Por lo que una modificación de las tarifas tendría un efecto de alivio muy importante en la economía de nuestra gente más humilde.
Las empresas públicas, antes en la época de los partidos tradicionales y ahora en el gobierno del Frente Amplio, siguen siendo instrumentos al servicio de intereses partidarios. El autobombo, el despilfarro, su uso con fines directos de generación de apoyos electorales han desnaturalizado su funcionamiento.
Es imprescindible un cambio sustancial de estos instrumentos principales para contribuir al desarrollo del país.
Si efectivamente existe acuerdo para su reforma no debemos postergar los acuerdos y habríamos cumplido uno de nuestros objetivos principales de nuestra prédica política en esta campaña electoral.
Los próximos días dirán si las manifestaciones del Dr. Tabaré Vázquez son realmente una manifestación firme de una voluntad de reforma o fue un recurso retórico para salir bien de una situación en la que notoriamente el Frente Amplio está mal parado, igual que lo estaban los blancos y colorados cuando gobernaban.