Milei, entre la motosierra y el teorema Baglini

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Los cambios no van a ser instantáneos …

Tras el resultado de las PASO, el candidato libertario empezó a suavizar el tono de sus propuestas. En su nueva faceta, relativizó que los vouchers educativos sean privatizadores y que Mauricio Macri sea de la casta. También opinó que los “ñoquis” no eran tantos y ratificó que Macri ocuparía un lugar de privilegio en su eventual Gobierno.

Desde que se posicionó fuerte en las últimas PASO, Javier Milei comenzó a relativizar la ferocidad de su motosierra contra el Estado y su mentada carga contra “la casta política”. Sus afirmaciones de los últimos días lo llevaron por sí solo a un espiral de contradicciones, que lo convirtieron en una prueba más del Teorema de Baglini.

El teorema del recordado diputado radical Raúl Baglini demuestra que un dirigente hace propuestas extremas cuanto más lejos está de llegar al poder y, por el contrario, las modera cuanto más cerca está.

“La ligereza de las posturas sobre la deuda externa es inversamente proporcional a la posibilidades de acceso al gobierno de un partido político determinado. Es decir que a menor posibilidad electoral de ser gobierno, más ligereza en el planteamiento”, fueron sus palabras exactas durante un debate parlamentario en 1986.

Aunque no con la deuda externa pero sí con otros temas, eso es lo que está ocurriendo con Javier Milei. En las últimas apariciones públicas, resulta que para él o sus candidatos los vouchers educativos no eran tan privatizadores, que Mauricio Macri no es tan de la casta y que podría integrar su gobierno, que los ministerios no eran muchos como parecían, que los “ñoquis” no son tantos y que la motosierra podría quedarse sin combustible.

“Los cambios no van a ser instantáneos”, dijo el líder ultraderechista en otro intento de explicar por qué “el Estado no funciona”.

Si bien su triunfo del domingo 13 de agosto resumió la larga lista del descontento social, también puso a en perspectiva el precipicio de sus propuestas. La luz de la historia de los últimos 20 años hizo que su balacera de ideas ultraliberales y autoritarias encendieran las alarmas en distintos sectores.

Para no espantar a los propios, por estrategia para no perder votantes potenciales, por necesidad de ampliar su electorado, por consejos de propios, por aprietes de ajenos o por la hipótesis que fuere, Milei bajó el tono.

“Jamás dije que los problemas se arreglan en cinco minutos. Proponemos un conjunto de reformas estructurales para que la Argentina en un lapso de 25 a 45 años vuelva a ser una potencia. Nunca dijimos que el resultado sea instantáneo”, planteó.

En declaraciones a La Nación+, el candidato señaló que su plan no incluye despedir a la totalidad de los empleados públicos de las áreas que considera prescindentes. “Todos los cargos políticos sí se van, los que se quedan son los que son de carrera y los que trabajan de verdad”, afirmó sin establecer qué sería “trabajar de verdad”.

Eso sí, defendió su herramienta podadora de campaña pero hasta cierto punto. “Es absolutamente necesario aplicar la motosierra en sectores como la obra pública, las transferencias discrecionales, los subsidios económicos, los privilegios y las empresas del sector público”, insistió.

Luego insistió con que los eventuales resultados de sus políticas no se verán rápidamente: “Nunca hablé que las cosas sean instantáneas”.

Lo cierto es que, para él, “así como está el Estado no funciona”. En una entrevista periodística, días atrás, contó que el rediseño de la cosa pública está en manos de “una consultora” privada especializada en reformas del Estado.

“Estamos pensando en la estructura en los ministerios de Economía, Infraestructura, Relaciones Exteriores, Capital Humano, Seguridad, Justicia, Defensa e Interior”, reiteró ayer. Y al referirse a su triunfo en las PASO, indicó que “los argentinos tomaron consciencia de que una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre”.

Consideró que el voto en favor suyo “es una forma de canalizar el ‘que se vayan todos’ del 2001, porque están los mismos y se multiplicaron”, pero luego ratificó que Mauricio Macri ocuparía un lugar de privilegio en su eventual Gobierno.

Fuente Página 12