Siete mil uruguayos ya recuperaron la vista |
El hospital de ojos y Tarará Prado
Quiero contar esta historia en primera persona. Es lo que viví entre el 17 y 18 de abril. Estoy seguro que centenares de rochenses se identificarán con lo que voy a relatar.
En los últimos diez años he padecido una catarata en el ojo izquierdo, la que poco a poco fue disminuyendo mi capacidad de visión. Hasta hace un tiempo, se consideraba que había que esperar a que la catarata estuviera “madura” para que pudiera operarse.
Hace unos seis años me dijeron que ya estaba para ser operada y mi asombro fue grande cuando se me informó que la operación no estaba cubierta por el sistema mutual y que tenía un costo, en aquel momento de unos 700 dólares (un ojo...).
Debí postergar esa intervención con el consecuente avance de la dolencia y constante pérdida de visión.
Me puse a averiguar y pude saber el por qué de ese costo imposible para la inmensa mayoría de la gente.
Un poco de historia.
En 1993, tras cien días de huelga los médicos agrupados en las Sociedades Anestésico Quirúrgicas, impusieron un mecanismo de compensación salarial hasta el momento inédito en el país. Además del sueldo que cobraban en las sociedades médicas o mutualistas, cobrarían por lo que se denominó “acto médico”, el que, para determinadas intervenciones, debía ser pagado por el paciente. No sé si el acuerdo establecía así:” que las operaciones de catarata y otras deban ser pagadas por los pacientes”, pero en los hechos fue así. Las mutualistas dejaron de cubrirlas.
Hubo decretos del Ministerio de Salud Pública intimando a cubrir esas intervenciones. Nunca se cumplió .
Consulté varias organizaciones defensoras de los derechos del consumidor. En todos los casos se me informó lo mismo: que el cobro de esas operaciones era ilegal, que las sociedades médicas estaban obligadas a cubrirlas...pero no lo hacían.
Supe después que los usuarios del sistema mutual están organizados y con su trabajo y movilización lograron en los últimos tiempos ir flexibilizando los costos de estas operaciones.
El gran salto.
En el 2004 comenzó a funcionar la llamada Operación Milagro instrumentada por Cuba para la operación de cataratas y tratamiento de otras enfermedades de la vista como el glaucoma. Así como viajó gente de varios países de nuestra América, lo mismo ocurrió con decenas y decenas de uruguayos que fueron trasladados y operados en forma gratuita. Esos primeros compatriotas que pudieron dejar atrás la penumbra permanente y volver a ver el mundo con toda su luz y maravilla fueron operados en un hospital ubicado en el balneario Tarará.
Luego el gobierno uruguayo, en 2007 resolvió crear el Hospital de Ojos, que funciona en la vieja Colonia Saint Bois. El proyecto funcionaría con el aporte en equipos y técnico de Cuba. En ese momento estalló una reacción de gran virulencia. Las Sociedades Anestésico Quirúrgicas se opusieron argumentando que los médicos cubanos (que ya estaban asesorando y realizando las llamadas pesquisas de pacientes a ser operados) estaban ejerciendo en forma ilegal la medicina por no tener revalidados sus títulos.
Tres médicos cubanos fueron denunciados ante la Justicia Penal y hasta se pidió que fueran encarcelados como escarmiento.
Permítanme esta comparación: es como si alguien hubiese querido mandar a la cárcel al Dr René Favaloro por haber realizado un trasplante por no tener revalidados sus títulos en Uruguay. Suena raro,¿ no?
Quienes se oponían a que este Hospital de Ojos funcionara en el país con la asistencia, apoyo y trabajo de los médicos cubanos, fueron las mismas corporaciones que impusieron el “cobro por acto médico” y llevaron, directa o indirectamente, a que durante muchísimos años, centenares, miles de uruguayos perdieran su calidad de vida y quién sabe cuántos, perdieran directamente la vista.
Las cataratas pueden provocar ceguera total, pero es una enfermedad absolutamente curable, y con una intervención quirúrgica de 10 minutos, la persona recupera totalmente la visión, como ha sido mi caso.
Otras enfermedades más graves como el glaucoma( que tampoco eran cubiertas) provocan ceguera irreversible si no son diagnosticadas y tratadas a tiempo.
Pasó mucha agua bajo los puentes, hubo presiones, negociaciones, y hoy el Hospital de Ojos es una realidad en la que trabajan médicos cubanos y uruguayos así como personal de enfermería especializado de ambos países. El Hospital es obviamente dirigido por médicos uruguayos. Los especialistas cubanos realizan su trabajo bajo la dirección de las autoridades uruguayas.
Espero que quede claro que no es mi intención ni defender ni atacar a nadie. Simplemente cuento hechos que pueden ser corroborados por centenares de personas en Rocha y decenas de miles en todo el país.
Siete mil operados de cataratas en todo el país, alrededor de cien en Rocha. Piensen en sus familias, amigos, compañeros de trabajo. Es muchísima la gente que ha vivido o conoce de primera mano experiencias como la mía.
Comienza el milagro.
El viernes 17 , unos quince pacientes , algunos con acompañante, esperábamos ansiosos a las 3 de la mañana en el Hospital de Rocha la llegada del ómnibus que nos llevaría a Montevideo. Venía desde el interior del Departamento, y traía pacientes desde Castillos y otras localidades.
El grupo fue acompañado durante el viaje, la operación y el regreso por el Director del Hospital, Dr Gustavo Amorín y por Rosario Acuña, del Departamento de Enfermería.
Imaginen el respaldo emocional para un paciente que deberá afrontar una intervención, que la máxima autoridad institucional acompañe y está atento para cualquier gestión que pueda ser necesaria. Destaco también lo afectivo: un trato eficiente y amable desde que salimos de Rocha hasta que volvimos el día siguiente en la tarde.
A las 8 de la mañana llegamos. Ahí comenzaron varias horas de estudios, nuevos análisis, consultas con médicos de medicina general y especialistas. Seis consultorios por los que íbamos pasando y donde todo lo necesario era realizado. También acá es importante destacar el clima de afecto y contención que cada paciente sentía durante todas esas largas horas de estudios.
Finalmente, a las 15 y 30 llegó mi operación. Fui el último del grupo de rochenses. Tres personas debieron esperar al lunes 20 porque el cupo establecido se había cumplido.
Con ojo vendado, fuimos a descansar hasta el control que tendríamos al día siguiente en la mañana.
TARARÁ PRADO.
Acá viene otra parte de esta historia, tan rica o quizás más que la ya contada. En mi caso yo tenía alojamiento pero nadie en mi familia que pudiera acompañarme esos casi dos días. Por eso, me dijeron que era preferible que pasara la noche en “TARARÁ”, porque allí estaría no sólo acompañado sino atendido en todo lo que fuera necesario.
Es un Hogar construido en 1961 por la Sociedad Israelita del Uruguay para sus adultos mayores. Durante el gobierno del Dr Jorge Batlle fue adquirido por la Asociación de Jubilados y Pensionistas del Uruguay con fondos que por ley les fueron descontados durante muchísimos años a los jubilados para la construcción de viviendas que casi no se realizaron..
Posteriormente, un convenio con los ministerios correspondientes permitió que jubilados y pensionistas de todo el país pudieran ser atendidos en forma gratuita en el Hospital de Ojos, incluidos los que tuvieran sistema mutual.
Hoy este Hogar Tarará Prado (Tarará, recuerdan...donde fueron operados en Cuba los primeros uruguayos...) es administrado por los Ministerios de Salud Pública y Desarrollo Social (MIDES). Cumple varias funciones y está atendido en las tareas prácticas no médicas por cooperativas de trabajadores. Gente que estaba sin trabajo, se organizó, presentó su proyecto y sus servicios fueron contratados.
Una cooperativa es la encargada de la seguridad, otra de la limpieza y mantenimiento, otra de la cocina.
Se proporcionan en forma gratuita las cuatro comidas diarias a los pacientes que lo ocupan y sus acompañantes y tiene un teléfono comunitario que permite comunicarse gratuitamente con todo el país.
Son atendidos en Tarará Prado quienes por ejemplo, deben pasar una noche tras una intervención menor, como era nuestro caso, y también por personas que deben hacer tratamientos médicos más largos y sus familiares acompañantes del interior, por personas en situación especial(madres solteras, jóvenes con problemas de carencia familiar, entre otros), hasta que se les encuentra una solución y resuelven el problema o pueden ser derivados a otra institución.
No es un Refugio sino un lugar para resolver problemas hasta que la persona pueda tener la contención social que necesita.
También TARARÁ PRADO es un milagro. Desde que llegamos fuimos de inmediato atendidos por médicos que dejaron indicado el tratamiento y medicación necesarias para cada paciente y un control permanente cada pocas horas.
Un patio enorme, un parque, varias salas para lectura, juegos, televisión, incluso Internet completan este panorama. Y de nuevo: el afecto, la amabilidad, la contención.
CONTROL Y REGRESO.
Tras desayunar, de nuevo al Hospital de Ojos. Nuevamente trasladados, en este caso, por Tarará. Tras retirar el parche a cada operado y ser indicado un tratamiento: “una gotica en el ojito cada cuatro horas”, me dijo la médica cubana , se nos informó que se nos esperaba en diez días para el primer control. Seguirán varios más hasta el alta definitiva.
Mi primera reacción fue que aún no veía “TODO” lo claro que quería ver, pero fui inmediatamente tranquilizado por la doctora. Tras haberme revisado cuidadosamente con esos aparatos que permiten una visión profunda del ojo, me había dicho que la operación era totalmente exitosa, que tuviera paciencia que en unas horas la visión sería completa. Y así fue. Al llegar a Rocha ya la visión era igual que en el otro ojo. Me había liberado por fin de esa fastidiosa “nube” que ya había impedido totalmente la visión de mi ojo izquierdo.
A la mañana siguiente ya estaba en mi trabajo y en la tarde en el cumpleaños de mi nieto. Nadie diría que horas antes había sido operado de un ojo y que no sólo podía ver de nuevo perfectamente sino con un estado de bienestar general tan grande.
Este es el fin de mi historia personal, chiquita, que siento que también representa lo vivido por esos siete mil uruguayos ya operados y sus familiares y amigos.
En estas últimas palabras, quiero agradecer en una persona todo lo que recibí de instituciones, médicos, autoridades, de tanta gente tanto en el Hospital de Ojos como TARARÁ PRADO: quiero agradecer especialmente a Rosario, quien nos acompañó con el Dr Amorín. Ella estuvo a nuestro lado a cada momento, pendiente de cada consulta, cada trámite, cada necesidad de cada uno de nosotros. Hace un año que acompaña a los rochenses que concurren a Montevideo .La gente la considera una especie de Hada Madrina, de Ángel de la Guarda, siempre presente y siempre protegiendo y acompañando.
A ella, a todos, mi más emocionado agradecimiento.
Juan José Pereyra.
Esta nota quiso ser para contar una experiencia que creo debe ser conocida, para agradecer a todos quienes la hacen posible y para informar a quienes aún no lo sepan que
SE PUEDE!!!!
Teléfono de consultas del Hospital de Ojos: 0800-6472
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