Frutos nativos en producción orgánica está investigando el INIA
Volviendo a los orígenes
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Periodista Ricardo Méndez Molina
En Rocha un árbol de pitanga o guayabo era cosa común en cualquier casa, conjuntamente con un naranjo o tangerino(mandarina), o una palma butiá. Poco a poco las edificaciones, el cambio generacional ha hecho que se fuera perdiendo estos elementos al unísono con la popular “quinta”, la huerta familiar. Para la generación de los que hoy pisan los cincuenta no se olvidan el singular gusto y aroma del guayabo o la morada pitanga cuando madura. Para los mayores una bebida alcohólica tradicional,muy de esta zona, tiene como ingredientes la caña blanca con el butiá ,o la pitanga o el arazá.
Según se a podido conocer estos árboles o arbustos, según el caso, con dichos frutos :guayabo , pitanga, arazá y guaviyú ( no tan visto), y que era común ver en cada casa de barrio o en el propio centro de la ciudad, en esos grandes caserones antiguos, podrían transformarse en productos comercializables. En Rocha no es fácil conseguir alguno de ellos en los viveros , han dejado de ser solicitados, antes eran autóctonos , crecían hasta sin permiso. Lo interesante es que el INIA avanza en sus estudios a fin de mejorar y homogeneizar sus atributos para que los productores hortifrutícolas puedan integrarlos a sus cosechas. En dos o tres años el consumidor local tendrá la opción de incorporar a su dieta otras variedades de frutas autóctonas y poco conocidas como el guayabo del país, pitanga, arazá y guaviyú. Según los estudios este tipo de frutos contribuyen a una dieta saludable rica en vitaminas, minerales y antioxidantes.
Se menciona que Uruguay es un centro de origen a nivel mundial en relación al guayabo del país, pitanga, arazá y guaviyú y está emplazado en una región que cuenta con el pool genético. Los materiales obtenidos de la prospección de frutos nativos realizada en conjunto por la Facultad de Agronomía, el Departamento Forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en todo el país, permitió instalar en 2007, en la Estación Experimental “Wilson Ferreira Aldunate” de ese Instituto, en Las Brujas, una colección de guayabo del país, pitanga, arazá y guaviyú.
Esta iniciativa se suma a un emprendimiento ya existente en la Estación Experimental de la Facultad de Agronomía en Salto (UDELAR) donde, desde el año 1998, se desarrolla un programa para estudiar la diversidad genética de estos frutos autóctonos y a las instaladas en predios de productores hortifrutícolas interesados en explotar estas especies nativas.
En las colecciones recolectadas se evalúan parámetros de adaptabilidad a suelos del sur del país, como así también las ondas de crecimiento y las diferentes fases de desarrollo de las especies en estudio, señaló un artículo aparecido en la edición número 14 de la Revista del INIA.
Para conocerlos.
El guayabo del país (Acca sellowiana) es originario de la región noreste del Uruguay y sur del Brasil. Ha sido cultivado y apreciado por nuestros pobladores, principalmente en los siglos XIX y comienzos del XX. Es posible encontrar plantas centenarias en producción aún, en antiguos cascos de estancias y poblados. El período de floración de esta especie se extiende desde octubre a mediados de noviembre, y dependiendo de los materiales y de la zona del país donde se ubique el cultivo, la fecha de cosecha va desde fines de febrero en el norte hasta mediados de mayo para plantas cultivadas en el sur del país. Este fruto tiene un valor nutricional muy importante por su alto contenido en vitamina C y en yodo.
La pitanga (Eugenia uniflora) es originaria de la zona sur del Brasil, Uruguay y Argentina. Su altura puede llegar a 7 u 8 metros en los montes ribereños, si bien generalmente no pasa los cuatro o cinco metros cuando crece sin competencia por luz. Ofrece una gran variabilidad por lo que podemos encontrar frutos de colores rojos, rosados, rojos-violáceos casi negros y con una gran diversidad de sabores. La pitanga es variable en tamaño de fruto y en su forma. Esta especie tiene una doble floración que se refleja en una doble cosecha. Los frutos de la pitanga se pueden consumir directamente, y son una fuente natural de compuestos antioxidantes, los cuales inciden en la disminución del riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares.
El arazá (Psidium cattleianum) es otro de los frutos nativos originarios del Uruguay, Argentina y Sur de Brasil. Es perenne y forma una planta que llega a los cuatro metros de altura. Sus frutos son redondeados con piel color rojizo o amarillo y alcanzan los tres a cuatro centímetros de diámetro. Son plantas muy adaptadas a nuestras condiciones que no requieren mayor cuidado.
La floración se observa durante el mes de octubre hasta principios de noviembre pudiendo existir una segunda floración en diciembre. La cosecha del arazá se realiza en el mes de febrero y marzo dependiendo de la fecha de floración. Los frutos, cuando maduros, desarrollan un alto nivel de aroma, el esencial y característico, que los diferencia claramente de otros frutos silvestres. Presentan un alto contenido de azúcares y baja acidez. Constituyen una fuente natural de compuestos antioxidantes, inciden en la disminución del riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares.
El guaviyú (Myrcianthes pungens) es un fruto nativo originario del Uruguay, Argentina y sur de Brasil. Cuenta con una gran variabilidad y diferente comportamiento en cuanto a vigor, hábito de crecimiento, densidad de ramas, floración y resistencia de enfermedades. El período de floración se extiende durante el mes de octubre y hasta mediados de noviembre. Las flores, aunque no son vistosas, tienen un aroma delicado. La cosecha de este fruto se realiza desde fines de enero a mediados de febrero. Los frutos pesan aproximadamente cuatro gramos y poseen una buena relación azúcar/acidez que los hace muy apetecibles.
En base a INIA y Presidencia
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