Cierra el Cyber de Juanjo
Queda sin recursos la familia que difundió Internet en Rocha y enseñó cómo utilizar el sistema a miles de personas.
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Esto es de esas cosas que jamás uno quisiera tener que contar. Me está pasando a mi, y probablemente también a muchos uruguayos aquí y ahora.
Yo era una de esas “futuras promesas” de exitosa vida profesional. En los primeros años de los 70, después de un año de beca en EEUU, cursaba cuatro carreras: Licenciatura de Psicología en la Facultad de Humanidades y Ciencias y tres profesorados en el Instituto de Profesores Artigas: Inglés, Filosofía y Ciencias de la Educación.
La dictadura hizo que en el año 1975 tuviese que exilarme en Argentina, quedando truncos para siempre todos los estudios.
En Argentina me casé con una mujer maravillosa que sigue siendo mi compañera de la vida y tuve a Gabriela, mi hija mayor quien nos dio junto a José Luis, (fallecido a los 28 años) nuestro nieto Ismael.
En 1981 volvimos a Rocha y gracias al amparo de mis padres, el sastre Lalo Pereyra y la partera Arminda Castelvechi, juntamos fuerzas para volver a empezar.
En 1982 nació Natalia, mi hija menor. Para ese entonces, yo trabajaba en CX 30 junto a José Germán Araújo, y muchísimas otras personas conocidas del periodismo nacional.
A fines de 1991, una grave crisis económica llevó a que prácticamente todos los trabajadores de “la 30” quedáramos en la calle.
Intenté durante casi un año reinsertarme en la profesión y no fue posible. Ya en muchos medios se priorizaba la edad y no la experiencia: si eres más joven te puedo pagar menos y si no tienes familia y responsabilidades, mejor.
En 1993 volvimos a Rocha, en donde ingresé a Ancap Centro, una de las empresas del Sr. Jaime Pienica donde por nueve años ejercí la función de cajero. La crisis del 2002 trajo una reestructura empresarial y fui despedido.
La vida me planteaba un nuevo desafío. A los 50 años encontrar un trabajo cuando esta sociedad considera “descartables” a quienes tienen más de 35….
Ahí surgió el proyecto del primer cybercafé de Rocha.
Empezamos el 15 de enero de 2003 en un local del Hotel Arrarte. Por eso el nombre fue Cyberdelarrarte. Empezamos con una computadora y con el tiempo, de a poco, fuimos comprando otras hasta llegar a las 8.Tras varios años debimos dejar ese local ubicado en un lugar clave, y nos mudamos a lo que era el viejo despacho de encomiendas de la ex O.N.D.A, en 18 de Julio casi 25 de Agosto.
Pese a que era un sótano sin luz natural, sin aire natural y con una escalera muy empinada que muchos recordarán, el que ahora pasó a llamarse Cyber de Juanjo siguió funcionando y convocando muchísimos rochenses y turistas.
La venta de toda esa propiedad trajo un nuevo cambio, la necesidad de una nueva mudanza. En diciembre de 2008 nos instalamos en Treinta y Tres casi 25 de Mayo, pegado a VIDA FM
EL local fue rebautizado como “El cyber de Ismael y Juanjo” en honor a mi nieto de seis años.
Con mi familia, hemos trabajado 16 horas por día durante casi 8 años todos los días de la semana, incluidos sábados, domingos y feriados. Ha sido sacrificado y al mismo tiempo hermoso constatar que miles de personas han pasado por nuestro cyber todos estos años. Nuestro orgullo es que no sólo pasaron. Aprendieron con nosotros cómo manejarse en Internet. Y de tanto venir pasaron a ser como amigos, con los cuales compartíamos charlas y afectos.
UNA CRISIS SIN SOLUCIÓN.
Ninguno de estos años fue fácil en lo económico ni en lo familiar para nosotros.
Un cybercafé es un medio de vida, un trabajo independiente, al menos como nosotros, sin capital, pudimos concebirlo. Siempre estuvo basado en el sacrificio, el trabajo y en endeudarse para poder seguir trabajando. Los costos fijos de cualquier pequeña empresa son enormes si esa empresa, como en nuestro caso, está dentro del sistema, aportando como corresponde, al B.P.S., la D.G.I., con habilitación Comercial de la Intendencia, con pago de la tasa de Higiene Ambiental.
En los últimos meses las dificultades económicas crecieron. De abril en adelante los ingresos en el cyber cayeron por lo menos un 30 por ciento, lo que llevó a nuevos atrasos en tarifas, convenios, atrasos en los convenios, atrasos y recargos en los aportes a B.P.S. y D.G.I., etc, etc, y etc.
Esta situación está haciendo que el decano de los cybercafés de Rocha, por el que pasaron y aprendieron sus primeras armas en esta formidable nueva tecnología miles de rochenses, no pueda seguir abierto.
Queda una familia a la intemperie, sin derechos jubilatorios, con deudas ante el Estado, instituciones privadas y personas, y con su casa hipotecada.
Los motivos de la merma de concurrencia son fundamentalmente dos: una crisis de consumo que muchísima gente expresa cada día y la loable masificación del acceso a Internet que el propio Estado promueve.
No pretendo justificar errores de gestión que podamos haber cometido y que en buena parte estuvieron causados en la ya mencionada falta de capital.
Hoy por hoy, los viejos cybercafés para sobrevivir necesitan remodelarse, quizás con menos computadoras y más “otras cosas”, pero esos cambios implican precisamente tener capital y ese no es nuestro caso.
Para terminar, aclaro que no escribo esto en forma plañidera ni quejosa ni con rencor. No quiero causar pena con lo que escribo. Simplemente quiero describir una realidad que en lo personal y familiar es muy dura y cruel.
No es pena lo que necesito. Necesito ayuda. La de todos quienes puedan ayudarme a conseguir un trabajo digno para mantener mi familia y poder pagar las muchas deudas que esta actividad laboral me ha dejado.
Lo único que pido es un trabajo que en lo posible me permita utilizar la variada y diversa experiencia de tantos años.
Gracias!
Juan José Pereyra
El Cyber de Juanjo
Teléfonos: 44725327
44722383
099188159
Correo electrónico: juanjosepereyra@gmail.com
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